domingo, 25 de marzo de 2012

Episodio 2: Invitados desaparecidos.

El martes a las 19:30, todos se dirigieron al castillo de cristal, el hogar de Rosalina, para la fiesta.

Daisy: ¡Me encantan las fiestas! ¡Mientras haya baile, juegos, y competiciones, me doy por satisfecha!

Luigi: ¿Qué oyen mis oídos? ¿Te gusta competir, mi querida Daisy?

Daisy: ¡Pues sí! No cómo a ti, que sólo te gusta lanzarme indirectas, sabiendo que yo odio que la gente se vaya por las ramas.

Donkey Kong, que va colgándose de rama en rama junto a Diddy Kong y Dixie Kong, lanza a Daisy una mirada furiosa.

Donkey Kong: ¡Uh, uh!

Daisy: Perdona, Donkey. No lo decía por ti.

En el horizonte ya se ve el castillo de Rosalina.

Mario: ¡Ahí está el castillo de Rosalina! Ya hemos llegado.

En la puerta está la princesa Rosalina.
Rosalina: ¡Hola, mis queridos amigos, bienvenidos a mi castillo!

Mario se inclina un poco.

Mario: ¡Es un honor para nosotros el estar invitados a su fiesta, princesa Rosalina!

Daisy: ¿Qué te pasa, Ro? Pareces triste.

Rosalina: Mis queridos amigos, mucho me temo decir que habéis sido los únicos que han asistido a la fiesta... 

Rosalina suspira. Waluigi se pone rojo de rabia.

Waluigi: ¡¿Cómo que hemos sido los únicos en venir?!

Rosalina: Lamento mucho haberos hecho venir para nada... Habría enviado a uno de mis mensajeros a comunicaros que no había asistido nadie. Pero todos mis mensajeros están enfermos y yo estaba muy ocupada para comunicároslo.

Peach: ¿Y por qué razón iban a negarse a venir los invitados?

Rosalina: No lo sé... Cuándo repartí las invitaciones entre mis amigos, todos me dijeron que iban a venir...

Toad: Puede que les haya pasado algo malo...

Rosalina: Lo dudo mucho, querido Toad. Lo más probable esque... No lo sé, hayan pillado un resfriado o algo parecido. Pero de haber sido así, seguramente me lo habrían comunicado de algún modo. Estoy muy preocupada.

Se levanta un viento helado. 

Rosalina. ¡Oh, vaya! ¡Qué frío! Entrad en mi castillo, dentro se está caliente.

Todos entran y Rosalina cierra la puerta.

Rosalina: Así mejor. Aquí podréis entrar en calor.

Wario se pone rojo y hace una reverencia.

Wario: ¡Gracias, princesa Rosalina! ¡Sóis muy gentil!

Rosalina: Por favor, acomodaos. Estáis en vuestra casa.

Luigi: Sóis muy noble, pincesa, pero deberíamos irnos ya. No queremos molestar y, además, empieza a caer la noche.

Rosalina: ¡Oh, quedaos a dormir! En mi castillo hay muchas habitaciones de invitados, y, además, es lo menos que puedo hacer por vosotros.

Peach: Eres muy amable, Rosalina, pero no queremos molestar.

Rosalina: ¡No es molestia! ¡Os lo aseguro! ¡Será un honor para mí teneros cómo invitados para pasar la noche! Además, hace muchísimo frío. Seguro que incluso se pone a nevar. No podéis salir con ésta helada.

Mario: Princesa Rosalina, será un honor aceptar su propuesta. Su hermoso castillo es de lo más acogedor.

Luigi: ¡Sí! Gracias por acogernos de una manera tan afectuosa, princesa.

Peach coge a Rosalina de las manos.

Peach: Oh, Rosalina, tienes un corazón que no te cabe en el pecho. ¡Será un placer quedarnos a dormir aquí!

Rosalina: El placer es mío. Los mayordomos reales os conducirán hasta las habitaciones. Cada habitación tiene una chimenea y varias mantas sobre las camas, para que no paséis frío. Iré a la cocina, le pediré a los chefs que os preparen una cena exquisita.

Dixie Kong se pone a dar botes.
Dixie Kong: ¡Hi-hi-uh-uh!

Daisy se agacha y mira a Dixie Kong.

Daisy: ¿Tienes hambre, eh Dix?

Dixie Kong: ¡Uh, uh, uh, aaaaah!

Daisy: Yo también... No he comido nada en todo el día.

Peach tirita de frío. Mario coge una manta que hay sobre uno de los sofás del palacio y se la pone sobre los hombros a Peach.

Mario: Aquí tienes, princesa mía.

Peach: Gracias, Mario. 

Todos se sientan en sofás alrededor de una chimenea. En un bol de frutas hay algunos plátanos, y Donkey Kong los coge y empieza a engullirlos.

Donkey Kong: ¡Ñargmñargmñargjñamñam!

Peach: ¡Cochino! ¿Qué son ésas formas?

Donkey Kong la mira con la boca llena.

Donkey Kong: ¿Huh?

Peach le ofrece un pañuelito de seda. Donkey Kong lo coge y se queda mirándolo.

Peach: Hay que saber comer educadamente. Por mucha hambre que tengas, siempre hay que saber comer con unas buenas maneras, y...

Donkey Kong le tira el pañuelito a la cara y sigue comiendo plátanos.

Peach: ¡Grrrr! ¡Eres un gran maleducado!

Daisy le susurra al oído:

Daisy: Peach, es un gorila, no intentes enseñarle modales. 

Peach: ¡Pero esque ésto es intolerable! ¡Ya te digo yo que cuándo mañana por la mañana salgamos de aquí, Donkey Kong será todo un caballero!

FIN 

2 comentarios:

  1. Me Facina tu historia! A mi me encanta MarioBros y pense que era launica adicta a ellos, no la dejes y siguela!
    AleBella

    ResponderEliminar
  2. vaya tu blog esta super loco me gusta todo es tan mario :D
    yo tambien tengo un blog es nuevo asi que no tiene mucho pero si quieres entras.
    http://thefiorerebelle.blogspot.com

    ResponderEliminar

¡Comenta o Bowser te encerrará en su castillo!